La epidemia mundial de COVID-19 ha tenido un impacto directo sin precedentes en la economía, sin embargo, la industria alimentaria se ha visto menos afectada debido a su consideración como industria fundamental al tener que garantizar la producción y distribución de los alimentos a la población. Algunas industrias alimentarias se han visto más afectadas que otras, pero obedece más a un tema de diversificación que del impacto directo, ya que mientras más dependencia tenían las empresas en la venta al canal HORECA más reducido se ha visto su nicho de mercado. Evidentemente a esto se debe sumar el efecto de la caída de las exportaciones y del consumo turístico.
Ante el desconocimiento de la enfermedad surge la duda en el consumidor de si es seguro consumir alimentos o si estos pueden ser una fuente de infección y en este sentido cabe aclarar que a día de hoy no hay evidencias de que el virus se pueda transmitir a través de los alimentos.
Según el informe de la OMS del 7 de abril del 2020 “COVID-19 e inocuidad de los alimentos: orientaciones para las empresas alimentarias” “es muy poco probable que la COVID-19 se transmita a través de los alimentos o de envases de productos alimenticios ya que se trata de un virus que afecta al sistema respiratorio, que se transmite principalmente a través del contacto entre personas y del contacto directo con las gotículas expulsadas al toser o estornudar por una persona infectada. Los coronavirus no pueden multiplicarse en los alimentos, pues necesitan un huésped animal o humano para hacerlo”.
Sin embargo, una persona se puede infectar a través del contacto con una superficie contaminada, si después se toca las mucosas como la boca, nariz o los ojos.
Es por tanto imprescindible que las industrias alimentarias intensifiquen las medidas ya habituales de inocuidad alimentaria para prevenir o evitar por un lado que los alimentos o los envases se contaminen y por otro lado proteger la salud y seguridad de todas las personas.
Se deben ofrecer cursos de reciclaje a sus trabajadores en medias de higiene alimentaria, así como de conocimiento sobre el virus, sus síntomas y cómo evitar su propagación, además de asegurar el uso de elementos de seguridad como mascarillas, guantes desechables, redes de pelo, distanciamiento físico en los puestos de trabajo, lavado frecuente de manos con soluciones hidroalcoholólicas, ropas de trabajo limpia.
Así mismo diversas empresas de suministros del sector han puesto a disposición de la industria alimentaria una seria de elementos para garantizar la higiene de las instalaciones y la prevención de la propagación de la enfermedad como controles de acceso que de lavado de manos con geles hidroalcohólicos que suministran guantes, controles de temperatura por infrarrojos o cámaras termográficas, armarios guardarropa con dispositivos automáticos de desinfección con Ozono, etc.
Se puede consultar el informe y recomendaciones de la OMS a las empresas alimentarias accediendo en el siguiente link: